El mundo quiere y debe cambiar, en muchos muchos aspectos, las organizaciones hemos creado métodos, herramientas, enfoques de pensamiento, etc... que han quedado fuera de lugar para los nuevos desafíos, ahora, la regla del juego, es que no hay reglas, así que hacer lo mismo y esperar resultados distintos, es una señal de locura mala.
De muchas maneras, las organizaciones hemos estado jugando con reglas, que si bien no han estado escritas, si habían estado consensuadas en la conciencia colectiva de los directivos, de los gerentes, entre competidores, y hasta en los clientes, un status-quo, que nos a mantenido un estado de confort y tranquilidad, por que se podía predecir con cierta certidumbre, pero esta isla de seguridad ha desaparecido.
Hoy en día jugamos un juego de una sola regla: “sin reglas”, y nos pone ante un escenario que muchos no hemos aprendido a jugar, el escenario mundial es un disparate de eventos: grandes compañías compitiendo con emprendedores recién aparecidos, grandes capitales de inversión compitiendo con la creatividad de unos locos, la seriedad que acompañaba a algunos servicios ahora compite con la creatividad y conexión, la segmentación de mercado pasó de ser un tema de estratos sociales a un tema de identidad emocional, la tan perseguida eficiencia operativa, está en tela de juicio por los nuevos paradigmas de agilidad e innovación.
En un análisis mucho más cercano, podemos palpar estos fenómenos en forma de ventas bajas donde antes eran un éxito, la dificultad para proyectar la planeación estratégica y peor para ejecutarla, metas quebradas e inalcanzables pese a tanto esfuerzo, tiempo y dinero invertidos, productos y servicios cuyo ciclo de vida se acortó en tiempo record, competencia nueva fuera del radar que un día nos atropella como tren. Estos son disparadores para hacer cambios, pero no cambios superficiales, no se trata de comprar un bote de pintura aperlada y pintar la fachada, no será suficiente, hacer un cambio de identidad, hacer esfuerzos incipientes, aislados y mal coordinados de innovación, pláticas motivacionales, no son malas acciones, solo no son suficientes, se requieren acciones más profundas e integrales.
Hay muchos aspectos que una empresa puede y debe cambiar para ponerse al día con este nuevo escenario de competición, pero hoy hablamos de la manera en que estamos gerenciando nuestras organizaciones y es ahí donde encontramos lo que podría ser un bote salvavidas.
Existe un nuevo paradigma de administración denominado: Management 3.0, que es un nuevo paradigma de administración, enfocado en la innovación, el liderazgo y la gestión. Su fundador, Jurgen Appelo, identifica tres estadías de los estilo de administración:
- Management 1.0 - Hacer las cosas incorrectas
- Management 2.0 - Hacer correctamente las cosas incorrectas , y
- Management 3.0 - Hacer las cosas correctas.
Y ha creado todo un estilo de administración Management 3.0 para enfrentar los nuevos desafíos de las organizaciones. Este nuevo enfoque está basado en una filosofía muy simple: No importa cuán grande sea la silla del director ejecutivo, una organización no es una maquinaria manejada por su propio dueño. Es una red social. Las personas interactúan entre ellas en todos los niveles [Appelo 2011, Como cambiar al mundo]
Por lo tanto, para preparar la organización para enfrentar y liderar el cambio dentro y fuera de sus puertas, Management 3.0, propone ejecutar acciones fundamentadas en cuatro pilares de cambio:
Aspecto 1. Danzar con el sistema. El cambio en un ecosistema rara vez, por no decir, nunca, sigue una línea recta, una instrucción directiva por sí sola, no logrará más ventas como por arte de magia. Se debe entender y aprovechar, la complejidad y el comportamiento sistémico, donde todo está interconectado, donde cada punto que toquemos dentro de la organización, tendrá un efecto en muchos otros sitios. Podríamos ser víctimas de este laberinto o aprovechar la fuerza de la ola y surfear.
Aspecto 2. Centrarse en las personas. Los cambios se accionan y ejecutan, en la mente de las personas. En toda referencia sobre el tema de gestión del cambio, se indica que el factor humano es el más importante, pero en muchos esfuerzos, se les asigna la prioridad más baja. Se cree falsamente que el cambio de mentalidad será el resultado de otros esfuerzos, cuando es lo contrario. Si compartimos la visión y las ideas, pocas veces tendremos que corregir acciones.
Aspecto 3. Estimular la red. El ecosistema organizacional, tiene su engranaje en la interacción entre sus elementos; personas, tecnología, procesos, leyes, objetivos, etc… así que, provocarla para bien, se puede hacer, a través de clarificar, entender, mejorar, robustecer dicha interacción, y lograr respuestas maravillosas, movernos como un gran valle de danza, como un cardumen
Aspecto 4. Cambiar el entorno. El cambio deberá contar con un terreno fértil para nacer, crecer y mantenerse. El entorno organizacional deberá crear un caldo de cultivo para el cambio. Las ideas, acciones, decisiones, bien intencionadas, pero contrarias, restará fuerza al cambio. Cada rincón de la empresa, deberá compartir la nueva visión y sumar al nuevo paradigma, el movimiento de cambio es delicado, es como luz de vela, es noble, solo pide a cambio, cuidarla.
¿Estás listo para enfrentar y liderar el cambio o esperarás a que las cosas regresen a sus estado pasado?